jueves, 22 de noviembre de 2012

Capitulo 4: Viaje

                                                               Capitulo 4: Viaje
                                                                P.O.V: Melody


       Comprendí que debía convertirme en humana ni bien despegó el avión.
Así que mientras Alex fingía dormir, yo me dedique a escuchar música con mis auriculares, como algún que otro humano nervioso por el vuelo lo hacia. Más tarde fingiría dormir e ir al baño.
       Esencial, mi querida Melody, es ir al baño. Reprodujo mi cabeza con la varonil voz de Sherlock Holmes. Contuve una risa con el dorso de mi mano. Hacía alrededor de un año había ido a ver esa película con Alex y Phil, y no habíamos podido hacer que este último dejara de hablar de esa forma por más o menos un mes.
       Encendí el reproductor aún con una sonrisa en los labios que se ensanchó al dar inicio una de mis canciones favoritas; While My Guitar Gently Weeps, de los Beatles, escrita por George Harrison, mi favorito desde tiempos remotos, cuando usaba colorinches pantalones de piernas ensanchadas o aquellas casi minifaldas que mi padre odiaba. Mi padre…                                                                                                                         La canción había sido compuesta apenas un año antes de convertirnos en lo que ahora somos, es fácil adivinar que tengo un cierto apego por ella.
       Miré para mi costado y vi como Alex de a poco se aburría. Estaba simulando espectacularmente a una persona, sin embargo eso no le sacaba el tedio que representaba jugar a los seres humanos.
       —Señorita ¿desea algo de comer?—me preguntó una azafata muy cordialmente. Había pensado que algo así sucedería, y era normal que los humanos a veces no comieran en los aviones. Mareos, nervios o simple desconfianza a lo que te estaban ofreciendo, así que simplemente negué tocándome el estómago y entrecerrando los ojos. No era necesaria tanta parafernalia, pero de alguna manera me resultaba divertido.
      Llegadas a un punto yo simulé dormir y Alex aprovecho para hacer de todo. Desde ir al baño, leer, beber café, escuchar música y hasta hablar con un ancianito que la encontraba parecida a una actriz de su época. En ese sentido Alex es mucho más suelta y natural que yo. Ella salía periódicamente con Phill al centro comercial de Liverpool, a la plaza, a todo lugar concurrido al que pudiesen ir para divertirse, rodeándose de humanos, aprendiendo sus costumbres y maneras de vivir. Yo casi siempre declinaba sus invitaciones y me quedaba con Heff a ver televisión, escuchar música o experimentar con nuestros poderes de manera más bruta. En pocas palabras, yo resultaba un tanto más inexperta que ella al tratar con personas.
         Apenas arribamos en Seattle un sentimiento de pertenencia me ataco con fuerza, me caló los huesos como solo No Leaf Clover podía hacerlo. El lugar era lluvioso y hasta sombrío, perfecto para nosotras. Podríamos conocer con tranquilidad los lugares históricos, después de todo Seattle era la cuna de mi música favorita, la mía y la de Heff.
        —Estamos aquí—murmuró Alexandra dirigiendo sus ojos dorados de punta a punta. La contemplé por un rato y luego volví mi vista a la ciudad. Colmada de un sentimiento que no podía definir por completo, solo sabía una cosa; este lugar me traería algo.
        —Estamos aquí.

viernes, 31 de agosto de 2012

Capítulo 3: Despedidas.

Capítulo 3: Despedidas.
P.O.V.: Alexandra.
            Ni Heff ni Phil tomaron bien la noticia de nuestra partida. No nos iríamos eternamente, regresaríamos después de un tiempo, unos meses quizá.
    ¿Puedo hacer algo para que te quedes? –me preguntó por enésima vez Phil, observando como empacaba.
    A menos que puedas cambiar el paisaje, la gente, el acento y… No, no hay forma –hizo una mueca con la vista en el suelo. – Pueden venir con nosotros, tu y Heff –intenté tomar su mano pero él la retiro antes de que yo pudiera tener un contacto con él. –Lo siento ¿Sí? Solo quer…
    Campanita, no tienes porque disculparte, soy yo, lo siento, es solo que me da miedo que te pase algo, o a Melody…
    ¿Qué le pueden pasar a dos vampiresas? ¿Qué la policía nos pare por correr en exceso de velocidad? –Phil se rió a fuerza –Peter, no pasará nada ¿De acuerdo? Regresaremos a casa sanas y salvas –le sonreí. Él dudó un poco
    Confío en ti –me abrazó. –Iré a… iré a despedirme de Melody –me sonrió y desapareció por la puerta.
No me gustaba ese Phil. El Phil preocupado. O tal vez yo esté acostumbrada al Phil divertido y me extraña cuando aparece “Philip”.
    Toc, toc. ¿Puedo pasar?
    Claro Heff, esta también es tu casa –le sonreí
Como de costumbre, hizo un intento de sonrisa para no hacerme sentir mal. Me senté en la cama y él paseo de un lado a otro.
    ¿Cómo se te…? ¿Estás segura de que es una…? –ninguna de sus preguntas las terminaba.
Bufó y salió de la habitación.
Heff seguía siendo un gran misterio para mi. Es un libro de misterio al cual le faltan las páginas principales y solo  queda con el nudo de la novela. Ojala se despidiera bien de Mel. Se lo mucho que le importa ella a él y él a ella.
Miré a mi mesita de noche y estaba una foto de los cuatro. ¿Cómo se me pasó meterla?
La tomé y la admiré por mucho tiempo. Era nuestra pequeña familia. Pequeña pero unida. Hasta ese momento entendí el porqué de sus comportamientos. Tienen miedo a perder esta familia… tengo miedo de hacerlo yo también.
    ¿Que haces?
    Solo admiro la foto… ¿Recuerdas ese día?
    Es cuando tuviste la tontera de asaltar tiendas de música y librerías ¿No? –me encogí de hombros y de haber sido humana, me hubiera sonrojado.
    Era un buen plan ¿Quién nos vería?
    Llamaríamos la atención, Alex, pasar desapercibidos es una forma de supervivencia, no un placer que nos damos para estar tranquilos lejos de todo.
    Estúpidos Vulturi… -murmuré. –Se creen tanto con su trono robado, ojala los Rumanos regresen al poder.
    Oh bueno, eso ya no nos incumbe a nosotros, será problema de ellos.
    Si,  y si algo sale mal matan a todos  los vampiros. –gruñí.
    Venga Alex, no te agobies con ese tipo de cosas, no son asunto nuestro. Nuestro asunto ahora es empacar y despedirnos. Tendremos un largo viaje. –dejó salir un suspiro.
    Hace mucho que no finjo frente los humanos… ¿Qué haré mientras todos duermen? –este tipo de cosas son las que no preví cuando compré los boletos… ¿Y desde cuando nos separé? ¿Desde cuando somos un ellos y un nosotros?
    Solo cierra los ojos –cerró sus ojos- y fije respirar, sube los hombros. Si hay alguna turbulencia solo… solo finge que te despertó y ya, tu excusa sería el miedo. –me sonrió.
    Ojala fuera tan fácil.
    Lo es, no te compliques. –me sonrió.
En el silencio escuchamos la guitarra de Heff en su habitación y la flauta de Phil por otro lado.
    ¿Lo esta pasando muy mal? –le pregunté a Mel refiriéndome a Heff.
    Creo –se encogió de hombros. –sabes que no le gusta este tipo de cosas.
    Solo le di preocupaciones –murmuré. -¿Será muy tarde para comprar otros dos?
Melody me sonrió con ternura y removió un poco mi cabello como si fuese una cría de cinco años. Se levantó de la cama y de nuevo, esa sensación de que me pierdo de algo.
[ * * * ]
Me quedé hasta el amanecer leyendo un libro de psicología. Debería prestárselo a Heff…
Los trinos de los pájaros fueron música para mí. Quisiera tocar algo antes de irnos.
Bajé a paso humano –eso es algo que me gustaba, el no tener la necesidad de usar siempre la velocidad que teníamos, nos adaptábamos lo más que podíamos- por las escaleras y llegué a nuestra pequeña –nótese el sarcasmo- biblioteca donde el precioso piano negro yacía esperando para que alguien lo tocara.
Me senté en el banco y pasé mis fríos dedos sobre las teclas del mismo color que mi piel. Tal vez la temperatura no es la misma, pero sigo sintiendo ese mismo placer de siempre cuando toco algún instrumento…
El ruido de la puerta me alertó y dejé de tocar. Escuché los pasos detenerse  frente a la puerta de esta habitación. Era Phil.
    ¿Saliste? –miré las bolsas en su mano.
    Sí… fui a comprar nos libros.
    ¿A esta hora?
    Se de un lugar… -me sonrió tímido mientras se encogía de hombros.
[ * * * ]
Estando ya en el aeropuerto los nervios aumentaron. Sabía que los volveríamos a ver pero sin duda, las despedidas no son lo mío. Jamás tuve que hacerlo. Ni de mis padres. Pensamos que sería mejor si ellos no supieran de esto y nuestra vida después de la muerte.
Como era costumbre, las mujeres no dejaban de ve a Phil y a Heff. Era más que obvio que les atraía de ellos. De Heff  su personalidad dura y enigmática que a cualquiera atrae para descubrir que hay detrás de esa portada y de Phil, su cara de niño bueno y sonrisa amigable que siempre le dedica a todo mundo. En cambio, Melody y yo mirábamos mal a esas chicas, mientras ellos le hacían mala a cara a cualquiera que nos mirara. Vaya familia que somos.
Por el alto parlante anunciaron nuestro vuelo. Nos miramos entre los cuatro. ¿Esta es nuestra despedida? ¿Un silencio incomodo que nadie se atreve a romper?
Abrí la boca para decir algo pero antes de que pudiera hacerlo Phil me abrazó.
    Cuídate Campanita, las esperaremos ansiosos de su regreso.
    Phi…Peter –es un insulto para nuestra amistad no llamarnos por nuestros apodos cuando uno lo hace. No nos parece bien, pero sin embargo, ahora lo único que quería era llamarlo cuantas veces pudiera, mientras pudiera, por su nombre. –no nos iremos por siempre. Regresamos…
    Como no regreses viva, te mato. –me sonrió una última vez y besó mi frente. –Ten –sacó algo de su bolsillo. Me lo tendió. Era un teléfono celular. Él sostenía otro –Es por si quieres hablar con alguien cuando estén allá o cuando nos extrañes. –ahora que lo veía bien, hacían juego mi teléfono y el suyo.
    Vale, lo prometo. –nos abrazamos una ultima vez.
Miré a Melody quien solo se daba unas miradas extrañas con Heff.
    Cuídate, Dixie –ella se acercó para abrazarlo. Después de unos segundos, Heff lo correspondió.
    Igual tu Champ –Heff se alejó de ella cuidadosamente.
Y este era el momento de partir. Mientras caminábamos a revisión, sentía como poco a poco parte de mi se desprendía. Se quedaba con ellos.
Miré el celular en mi mano. Phil se había excedido, era uno de esos táctiles. Pero eso no fue lo que me llamó la atención. Fue el fondo de pantalla. Éramos nosotros dos, él vestido de Peter Pan y yo de Campanita, riendo, felices. 
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¡Hola, hola, hola!♥ Lamento mucho haber tardado tanto en publicar, pero por fin aquí está. Creo que aquí se demuestra que tan fuertes son los lazos de esta pequeña familia. askfbdjbask me encantó escribirlo!♥  Somos 18... ¡YAAAAAAAAAY!

Esperamos sus comentarios, opiniones, criticas. Se les quiere.
Un beso.
xx:)♥ A.S. 

lunes, 13 de agosto de 2012

Capitulo 2: Cumpleaños


                                                Capitulo 2: Cumpleaños
                                                       P.O.V: Melody.

Empezar el día de mi cumpleaños sola no es el plan mas divertido, claro que ¿quien puede hablar de diversión luego de tantos años “penando”?
  Suspiré y me despatarré en el sofá de nuestro living, tenia la ligera sospecha de que de alguna manera me iban a sorprender ¿Pero no podían apresurarse y sorprenderme ya? Me gusta la soledad, pero no en mi cumpleaños.
  Me enderece para buscar el control remoto de la tele, sin embargo mis oídos se agudizaron al oír uno de los sonidos más majestuosos que he tenido el placer de oir durante mis 62 años de “vida”; No Leaf Clover de Metallica, en el piso de arriba, invitándome.
  Subí sigilosa, sabiendo de antemano quien había puesto esa canción que me calaba hasta los huesos.
  Llegue a la habitacion con la puerta desgastada y abrí sin pedir permiso, no lo necesitaba, después de todo era Heffer.
   La cortina ondeaba mientras mi buen amigo levantaba la vista de su grabador para mirarme con sus hipnotizantes ojos rasgados color oro, sus mejillas extra blancas mostraban un palido colorin rosa, se habia alimentado hacia minutos y habia entrado por la ventana.
      —Feliz cumpleaños Champ—murmuró colocándose un cigarrillo en la boca y sacando un encendedor de su campera de cuero. Era todo un matón, pero con el único defecto que para ser un verdadero matón debería alimentarse de humanos
       —Todavía me pregunto porque fumas a veces—murmuré tirándome sobre su roído sofá negro, él me imitó y se tiró a mi lado.
       —No lo se, no me produce nada, es como un habito que me queda luego de cazar, como las mejillas rosas—dijo señalándose la cara con el cigarrillo—No a todos los vampiros les sucede.
       —Por eso Dixie, eres todo un loquillo—le bromee, él, disgustado por mi chiste soltó una bocanada de humo hacia mi lado, me rei y disipe el humo con las manos—Un loquillo malote.
       —No te mereces el regalo.
       — ¿Que regalo?—pregunte riéndome, Heffer nunca hacia regalos, le parecía absurdo en cierto punto regalar algo innecesario para una fecha inexistente , sin embargo no había ni una nota de sarcasmo en su rostro. Hurgó en el bolsillo de su chaqueta y me paso un regalo pequeño.
  Tomé el paquetito y lo abrí con curiosidad, adentro habia una hermosa pulsera con dijes colgantes con símbolos de clave sol. Se veía tan costosa—Heffer…
       —Estoy cansado de decirles que no quiero regalos y ustedes insisten, es tiempo de que yo los atormente con moños coloridos y envoltorios chillones.
        —Que dulces palabras.
        —Tengo para Phil y Alex, aunque no recuerdo sus cumpleaños…
Las voces de los muchachos irrumpieron. Ya  habían llegado.
        — ¡Melody!—me llamo mi hermana menor con tono jocoso.
Me puse mi nuevo brazalete y le agradecí a Heff antes de bajar las escaleras.
        —Feliz cumpleaños—gritó al verme y corrió a abrazarme
        —¿En donde estuvieron? Estuve sola prácticamente todo el día.
        —En el centro comercial—me respondió Alex
Phil sonrió y me alcanzo un paquete plano y cuadrado, un CD sin duda. Lo abrí y me sorprendí mucho al encontrarme con que no era un simple CD, era “ Outlandos d'Amour” de The Police.
      — ¡Oh Phil! ¿Como lo supiste?—murmuré abrazando el regalo, era sin duda mi favorito de toda la discografía de The Police
      —Me sonó una “campanita” en la cabeza—bromeó ganándose un codazo de Alex.
Heff bajo por las escaleras y le pasé el Cd para que lo viera.
      —Ahora es mi turno—anuncio Alexandra pasándome una bolsita que parecía vacia. La tomé entrecerrando los ojos con una sonrisa colmada de curiosidad, Alex siempre me regalaba cosas inesperadas.
  Metí la mano en la bolsa y toque con suavidad un par de papeles, los saque.
       —¿Qué es esto?
   Alex me miro y comenzó a dar saltitos de alegría;
       —¡¡Son pasajes para ir a Estados Unidos!!¡¡Nos vamos de vacaciones a Washington!!
Abrí la boca llena de ingenua sorpresa. No sabía que decir, era un sueño que tenia desde hacia prácticamente mas de cuarenta años. Así que le agradeci de la manera en el que las hermanas se agradecen. Un beso en la frente y un abrazo prolongado.
        —¿Qué?—oí preguntar a Heff mientras compartia una mirada comunicativa con Phil. En ambas caras pude ver disgusto, aunque Phil trataba de no mostrarla. Disgusto y preocupación.

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¡Hola! Tanto tiempo, vengo a pedir disculpas publicas por mi desaparición, no es culpa de Ana ella sigue vigente aca ^^ la cosa soy yo u.u, espero que sepan disculparme, esta vez de verdad, vine para quedarme 

domingo, 5 de agosto de 2012

Capítulo 1: Regalo.

Capítulo 1: Regalo
POV: Alexandra.
Busqué y rebusqué en aquel anaquel y no había nada que podría interesarle.
    Muy popero…muy scream… ¿esto se supone que es música? ¡Esto es realmente deprimente! –me giré hacia donde estaba Phil -¿Encontraste algo? –mi tono de voz era de un evidente fastidio.
    Estoy igual que tú, querida. Será mejor que le busques un libro o arruines uno de sus álbumes ‘accidentalmente’ y le recompensas con uno nuevo. –me sonrió ampliamente el joven del cabello azabache.
    Si hago eso Melody me matará, será mejor el libro.
    ¿Buscaba algo en especial? –una dulce muchacha de ojos que podrían igual el color de la esmeralda, de cabello café rojizo y una linda sonrisa nos preguntó, mientras el color subía a sus mejillas. Era más que obvio que le hablaba a Phil.
    Estamos bien, gracias, cariño. Solo estábamos viend…
    ¡Philip!-grité y corrí, lo más despacio que pude, hacia aquel aparador donde había encontrado mi salvavidas -¡Es perfecto, es perfecto! –empecé a dar saltitos mientras en mis manos mantenía el disco de The pólice.
    Oh, bueno, al parecer, si necesitaremos tu ayuda –Phil habló con la dependienta mientras soltaba una risita y a ella se le comenzaba acelerar el corazón.
La dependienta, a pesar de su timidez, atendió muy bien –demasiado, diría yo- a Phil y siempre se dirigía  él.
Caminamos por el centro comercial mientras que Phil buscaba algo para Melody también. Hoy era su cumpleaños número sesenta y dos y Phil estaba más emocionada que ella.
Pasamos por algunas librerías, tiendas de música, tiendas de cerámica, el anticuario, pero nada. Incluso entramos a una tienda de animales, pero ningún animal era para Mel.
Oh mi querida hermana, tan… finos y sofisticados son sus gustos que ni siquiera Phil el hombre “soy-apto-para-toda-ocasión” puede resolver su problema ahora.
    Me rindo –estrelló su cara contra sus manos. Yo comencé a reír. -¡No es nada gracioso, Alexa! –sabe que detesto que me llamen Alexa.
    Bueno, Phily, tengo una propuesta para ti –le sonreí. –ten –le entregué la bolsa donde venía el disco de The police. -¿Qué es la cosa que Melody más desea en este mundo?
    ¿Encontrar a su príncipe azul?
    No, tonto –le di un golpecito en el brazo –conocer todos esos lugares que solo ha podido ver a través de los libros.
El no entendió al principio, pero cuando lo hizo abrió los ojos como plato.
    ¡Alexandra! ¿Te refieres a…? –se calló – Eso sería muy peligroso.
     ¡Philip, claro que no! No somos como Heff o tú, ella quiere… queremos poder salir de aquí, Phil, explorar el mundo… ¿De qué sirve la…-lo pensé dos veces, aún estábamos en un lugar público- vida si no la vamos a aprovechar?
     Vale, vale, como quieras, es su decisión-se cruzó de brazos e hizo una mueca que lo hizo parecer más niño que de costumbre con su cara de ángel.
     Te vez lindo haciendo puchero –solté una risita -¿El nene quiere ir a comer? –el me miró durante unos instantes, pero después dijo que sí. Sus ojos oscuros lo delataban. –Vamos, será mejor darnos prisa, de regreso, iremos al aeropuerto. –le sonreí y el hizo un intento de sonrisa que terminó siendo una mueca.


En el aeropuerto no había ningún humano descansando. Todos iban de aquí hacia allá, con maletines, maletas, mochilas, unos con cámaras colgadas al cuello, con traje, veraniegos, abrigados… de diferentes partes del mundo.
Phil no se despegó de mi lado en ningún momento. Gruñí y el puso las manos sobre mis hombros.
     Phil, tengo el suficiente autocontrol como para hacer esto –el bajó la cabeza.
     Lo siento es que…
     Eres muy paranoico –le sonreí –Oh, las lentillas.
Saqué de mi bolso  los estuches de las lentillas, color verde para mi y azul para Phil.
     Bien, ojala duren lo suficiente. Andando –Phil hizo un gesto con su cabeza señalando donde el supone que sería la taquilla o como le llamen.
Nos acercamos con la muchacha de cabello café, que tenía un arete en la nariz y unos preciosos ojos celestes.
     Vale, su vuelo saldrá a las cinco y media del día veinticuatro de este mes…. Aja… si… puede venir en un plazo de cinco días por su boleto…
     Mejor la otra… -me susurró Phil.
Seguimos con la siguiente muchacha, con el mismo traje azul marino y la gorrita de marinero.
     Buenas tardes lindo…- y de nuevo se dirigen a Phil. Me crucé de brazos - ¿Deseas algo?- Phil volteo a verme.
     Mi chica y yo queremos ir a Estados Unidos-le sonrió y puso un brazo alrededor de mis hombros –lo siento, es muy celosa ¿Verdad, cariño?
     Quita tu brazo o lo arranco –el comenzó a reírse y la chica me fulminaba con la mirada.

Después de que aquella chica casi me mataba con la mirada y a mi me daban ganas de romperle el cuello por su atrevimiento, pensé seriamente en matar  Phil ahí mismo.
     ¿Estás enojada? –me preguntó con tono burlón –mi vida…
     ¡Cállate! –le grité y le di un golpe en el hombro y el solo podía reír, reír y reír.
     Alex solo fue una pequeña broma, a mi me incomodaba la mirada de la chica y sé que te molesta eso… que se dirijan a mí en lugar de a ambos.
     Oh, entonces decidiste hacer que una chica quisiera casi negarme los boletos solo por una estúpida broma… ¡Es el cumpleaños de Melody y casi la dejas sin regalo!
     Ya, ya, tranquila, tenemos los boletos ¿O no? –me sonrió enseñando los boletos.
     Como sea.
Caminamos a paso lento, no teníamos ninguna prisa, seguro, Melody ya esta en casa con Heffer discutiendo sobre alguna película antigua o de cómo han cambiado los gustos de la gente.
Pasamos por un gran local de mascotas. Tal vez a Mel le gustaría un gatito o un cachorro…

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Enserio que no tengo palabras. Realmente lo sentimos por irnos un año y casi un mes. Estuvimos ocupadas y al fin se nos dio la oportunidad. 

Pame y yo decidimos que sería mejor comenzar de cero ya que ya no es lo mismo que antes. La historia será la misma, incluso, los capítulos, solo que le mejoraremos el contenido. Como verán, está 'mejor escrito' el que anterior primer capítulo. 

Enserio, mil disculpas por parte de ambas. Muchas gracias a las que siguen siguiéndonos (jeje...) y bueno, gracias a quien esté leyendo esto♥. 

-A.S.